¿Estás pensando en cambiar la bañera por una ducha? Si es así y todavía no te has decidido, te interesa conocer todas las ventajas que puede ofrecerte una nueva ducha en tu hogar. Te las contamos.
El primero de los motivos por los que deberías hacerte con una ducha, para sustituir a la bañera, es el ahorro que conlleva. En primer lugar, supone un ahorro considerable de espacio, por lo que resulta ideal para los baños más pequeños. Pero, además, también supone un gasto mucho menor de agua. Tanto si buscas reducir tu factura del agua como si estás interesado en el consumo responsable de los recursos, una ducha es mucho mejor opción.
Darse una ducha implica, además, un ahorro de tiempo importante. Esto se refleja también en tu factura, pero, especialmente, en la productividad de tu vida diaria.
Muchos piensan que, al optar por una ducha, estamos perdiendo las ventajas, a nivel de accesorios, que ofrecen las bañeras. Pero nada más lejos de la verdad. A día de hoy, las alcachofas de ducha ofrecen distintos modos de presión y expulsión del agua, por lo que puedes personalizar tu experiencia. También puedes instalar chorros en la pared de la ducha y disfrutar de un hidromasaje (igual o mejor que en una bañera).
Pero los accesorios no tienen que estar orientados únicamente al placer. También es muy sencillo habilitar una ducha para personas con movilidad reducida (mucho más que una bañera). Agarraderas y sillas adaptadas están a la orden del día en la instalación de duchas. Esto hace que la ducha sea la mejor opción para hogares con personas mayores.
Ahora que ya conoces todas las ventajas que te ofrece esta opción, puedes cambiar la bañera por un plato de ducha o incluso la típica ducha vieja, antigua y resbaladiza por un plato de ducha antideslizante y amplio, acorde a tus necesidades actuales, como en el “antes y después” siguiente. Esperamos que el texto te haya resultado útil si estás interesado en reformas de baños.